La gravedad del infarto agudo de miocardio exige cambios en el estilo de vida, tratamiento farmacológico y control médico para que no se repita. Uno de los componentes esenciales es la dieta, que debe tener un fuerte contenido de verduras y frutas, sin colesterol y que aportan principios activos saludables para las arterias. Las carnes en cambio, no son cardiosaludables y deben limitarse.
Una dieta post infarto ayuda a mejorar el estado metabólico y a alcanzar y mantener un peso adecuado. La Fundación Española del Corazón (FEC) recomienda controlar la ingesta calórica para alcanzar un peso lo más cercano posible al ideal y evitar la obesidad, que es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
Latiendo Sano te acerca las recomendaciones de la dieta post infarto publicadas por la FEC:
- Las grasas totales no deben exceder el 30% del total de calorías. Es importante además, tener presente que conviene incrementar la ingesta de ácidos grasos insaturados y limitar la de ácidos grasos saturados y colesterol.
- Los hidratos de carbono deben cubrir el 55% de las calorías totales a través del consumo de frutas, verduras y cereales.
- El 15 % restante debe estar cubierto por proteínas, que se encuentran en carnes, huevos, legumbres y lácteos.
- Es recomendable que los pacientes que han sufrido un infarto se acostumbren a comer sin sal, y la reemplacen con otros condimentos como ajo, cebolla, tomillo, clavo de olor, pimienta y orégano.